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 ESTUDIOS EN MEDICINA NUCLEAR


  La gammagrafía ósea es una prueba de Medicina Nuclear que se diferencia de otras exploraciones de diagnóstico por imagen, la cual no representa únicamente unas estructuras anatómicas, sino que a la vez funcionales aumento o disminución metabólica e intercambio iónico. Por este motivo permiten el diagnóstico precoz y con una elevada sensibilidad de múltiples procesos llegando a detectar anormalidades que con otros métodos de diagnóstico aun no son visibles.



Una gammagrafía tiroidea es un procedimiento que utiliza técnicas de diagnóstico por imágenes de tipo nuclear para evaluar el funcionamiento de la glándula tiroidea. La glándula tiroidea es la encargada de controlar el metabolismo y está ubicada en el cuello. La medicina nuclear utiliza pequeñas cantidades de material radioactivo para diagnosticar enfermedades.
Existen tres técnicas diferentes que utilizan la medicina nuclear para evaluar la función y la estructura de la glándula:

·          La gammagrafía tiroidea genera una imagen de la glándula tiroidea.
·          El examen de captación de yodo radioactivo (RAIU) mide la función tiroidea sin recurrir a la generación de imágenes.
·          La gammagrafía tiroidea de cuerpo entero, también llamada evaluación metastásica, se utiliza para evaluar a los pacientes con cáncer de tiroides. En este estudio se evalúa la diseminación del cáncer de tiroides a otras partes del cuerpo.

En las pruebas para la glándula tiroidea, generalmente se utiliza yodo radioactivo. La glándula tiroidea y casi todos los tipos de cáncer de tiroides absorben el yodo de manera natural. Una vez que el yodo radioactivo se acumula en el tejido tiroideo, las emisiones radioactivas son detectadas por equipos que se encuentran fuera del cuerpo, lo que les permite a los médicos evaluar la función tiroidea.



La exploración del riñón y las vías urinarias con radiofármacos es una de las situaciones en que mejor se pone de manifiesto el carácter no invasivo y funcional de la Medicina Nuclear. Esta evaluación incluye aspectos tanto morfológicos como funcionales. Sin embargo, en la actualidad, un detallado examen morfológico corresponde más a las técnicas radiológicas (ultrasonidos, tomografía computarizada) por poseer una mejor resolución espacial, mientras que los estudios isotópicos realizan una valoración más precisa desde el punto de vista funcional.


El renograma isotópico está indicado en la valoración de la uropatía obstructiva, trastornos vasculares renales, trasplante renal, urgencias urológicas y comprobación de los resultados de la cirugía. La gammagrafía cortical renal está indicada en la detección de la pielonefritis aguda y cicatrices renales, valoración de anomalías congénitas, cálculo de la función renal relativa y pacientes con alergia a los contrastes iodados.


El estudio de perfusión miocárdica mediante tomografía computarizada por emisión de fotones individuales (SPECT), también llamado prueba de esfuerzo-reposo, se utiliza para evaluar la irrigación sanguínea al corazón. Se obtienen dos conjuntos de imágenes que muestran el flujo sanguíneo: el primero después de un periodo de descanso y el segundo tras un periodo de esfuerzo, que consiste en caminar en una cinta sinfín.

La perfusión miocárdica SPECT se utiliza para evaluar el daño que podría haber sido causado por un infarto de miocardio (ataque cardíaco) y para determinar la presencia y gravedad de una cardiopatía isquémica (flujo sanguíneo reducido debido a una obstrucción en los vasos).






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